26 de mayo de 2009

iPhone brushes

No hay mucho qué decir. Un tipo (Jorge Colombo) se hizo famoso por dibujar con su iPhone. Usó una aplicación llamada Brushes y ya está. Sus dibujos, iSketches, se venden a $4,99 (por qué les encanta esa cifra a los norteamericanos??? cuatro noventa y nueve). Pues una de sus obras es la última portada de The New Yorker. Sus trazos ya son comparados con los de Edward Hopper. ¿Qué paisaje nocturno con luces artificiales en Nueva York no parece un Hopper? Nighthawks bla bla bla. Sus iSkatches lo llevaron al New Yorker and that's it. Pero es interesante. Yo intenté hacer una obra de arte... No es con Brushes, sino con una aplicación llamada Skatches del iPhone. Va pa'l New Yorker!

25 de mayo de 2009

Mi servicio social

Para mi servicio social tuve que ir a tomar fotos. Dinámicas y demás. Estas son sólo dos fotos de las casi 200 que tomé.

Insomnio y una pacífico

A las 3 a.m. me tomé una pacífico con una ensalada, vinagreta y pechuga asada de pollo! Delicioso. Una película y el remordimiento de saber que tengo trabajo mañana en la mañana.

24 de mayo de 2009

Ricoh GX-200

Quiero esta cámara. Seguirá en mi wish list 4rrrrrrrrever!!!



Ricoh GX-200 

vía  Scription

Scription

Gran, gran blog!!! Fotos increibles y home made travel books 

"Algunos árboles", de John Ashbery

Estos son sorprendentes: cada uno
apareado a un vecino, como si el discurso
fuera una inmóvil representación.
Poniéndonos de acuerdo, por azar,

en encontrarnos hoy por la mañana, tan distantes
del mundo como en concordancia
con él, tú y yo
somos de repente lo que tratan los árboles

de decirnos que somos:
que su simple presencia
tiene un significado: que muy pronto
podremos tocar, amar, explicar.

Y dichosos de no haber inventado
semejante hermosura, vemos que nos rodean:
un silencio poblado ya de ruidos,
un lienzo del que emergen

un coro de sonrisas, una invernal mañana.
Bajo una luz desconcertante, en movimiento
nuestros días se visten de reticencia tal
que estos acentos parecieran defensa de sí mismos.

Si esto es un hombre, de Primo Levi

“Considerad si es un hombre/ Quien trabaja en el fango / Quien no conoce la paz / Quien lucha por la mitad de un panecillo / Quien muere por un sí o por un no”.

Contra México Lindo, de Lobsang Castañeda, et al.

Se trata de seis ensayos breves que argumentan en contra de los estereotipos de lo mexicano. Contra el color local, contra lo hecho en México, contra el ingenio del mexicano, contra el machismo, contra el padre y contra la celebración de nosotros mismos. Parece un intento casi bizantino, pero es, sin duda, una lectura transgresora. Unos ensayos más lúcidos que otros, pero se es en general un pequeño libro recomendable.

Contra el machismo, de Lobsang Castañeda y contra la celebración de nosotros mismos, de José Israel Carranza, son a mi gusto los mejores ensayos del libro: Irreverentes , mordaces e inteligentes. La lectura se hace rápida y deliciosa.


Éste de México Lindo es el Round 11, y Tumbona ediciones tiene otros rounds interesantes. Ahora voy por Contra el Copyright.

Raval. Del amor a los niños, de Arcadi Espada

Uno termina de leer a Arcadi Espada (Barcelona, 1957) y queda con la sensación de haber asistido a una clase de periodismo. Haber presenciado un ágil devaneo de ideas agudas y apuntes experimentados de un periodista crítico.
Raval. Del amor a los niños es un reportaje sobrio. Narrado con fluidez despilfarradora de un escritor que no da respiro al lector.
Su estilo es refrescante y lúdico. No es fácil. Requiere del lector reflexión y concentración. Probablemente deberá releer ciertas páginas, escritas con el estilo apurado de un detective con labor cartográfica. “Éste libro es inhumano. Sólo hay rayas y nombres. ¿Periodismo? ¿Literatura? ¡Cartografía!” (Espada, 91). Desentrañar una red de mentiras no es cosa fácil.

Su narración es rica en descripciones e imágenes como aquella en que describe el sudor en el saco del abogado o el fétido olor de las mantas manchadas de semen y vómito de uno de los encarcelados. Es famosa la frase de Espada en que se opone a la redacción periodística usual que esconde al periodista-individuo que escribe. “Se trata de fabricar la ilusión de que alguien o algo ajeno al yo del sujeto, y en consecuencia, a sus intereses y opiniones, narra los hechos. Es desde este punto de vista que se proscribe, en la estilística periodística, el uso de la primera persona del singular (excepto cuando esta persona ha alcanzado un estatus divino y entonces ya puede equipararse al Dios objetivo, mayestático y sin alma, que es el narrador habitual del periodismo)". Y añade: "Así es como cada yo queda en su casa y Dios en la de todos”. En Raval, Dios se queda en su casa.

Mi estantería