16 de enero de 2009

"Arte poética", de Jorge Luis Borges

Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

8 de enero de 2009

After Dark, de Haruki Murakami

Una noche con luces neón, un constante recuento del tiempo, una taza de café en un Denny’s de Tokio y música ambiental, casi insonora, de un bar-restaurant. Como con cámara en mano, Murakami nos conduce por calles anónimas iluminadas de luz artificial, por cuartos oscuros a los que la mirada irá acostumbrándose, por cafeterías de iluminación verdosa y café barato, y por love-hos (Love hotels, o casas de cita japonesas).

Alter dark, la última obra de Haruki Murakami, es una novela completamente visual. Podría decir, incluso, que se trata de un guión cinematográfico que deja ver planos secuencia y soberbios long shots que enmarcan un mundo tan real como onírico, en que sus personajes van desesperadamente buscándose a sí mismos.

Bizarro pero genial. Con una narrativa cinematográfica, pero de gran calidad literaria, Murakami nos conduce a un universo irreal, pero creíble. Lleno de referencias (a música popular, a ambientes conocidos y un claro homenaje al cine de Jean-Luc Godard) que forman parte de un imaginario colectivo que nos describe a todos.

Lee este libro con: café y una buena playlist de jazz.