Una noche con luces neón, un constante recuento del tiempo, una taza de café en un Denny’s de Tokio y música ambiental, casi insonora, de un bar-restaurant. Como con cámara en mano, Murakami nos conduce por calles anónimas iluminadas de luz artificial, por cuartos oscuros a los que la mirada irá acostumbrándose, por cafeterías de iluminación verdosa y café barato, y por love-hos (Love hotels, o casas de cita japonesas).
Alter dark, la última obra de Haruki Murakami, es una novela completamente visual. Podría decir, incluso, que se trata de un guión cinematográfico que deja ver planos secuencia y soberbios long shots que enmarcan un mundo tan real como onírico, en que sus personajes van desesperadamente buscándose a sí mismos.
Bizarro pero genial. Con una narrativa cinematográfica, pero de gran calidad literaria, Murakami nos conduce a un universo irreal, pero creíble. Lleno de referencias (a música popular, a ambientes conocidos y un claro homenaje al cine de Jean-Luc Godard) que forman parte de un imaginario colectivo que nos describe a todos.
Lee este libro con: café y una buena playlist de jazz.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo contigo, es casi un corto de una noche llena de luz, y lecturas interrumpidas.
Queda el latido de dos hermanas en la cama.
Saludos Fraternales.
Publicar un comentario