Por su parte, el museo es la evidencia de que el arte ha perdido su lugar en la cotidianidad. Se ha encerrado entre paredes y ha sido sometido por definiciones y conceptos que lo limitan y lo estrangulan.
¿Qué es el arte? Es la pregunta (ahora un lugar común) que, desde su formulación, el propio arte comenzó a naufragar en lo perdido. Más allá de esta pregunta, podemos ver que diversas expresiones comienza a invadir las calles y a problematizar sus límites.
Artistas clandestinos modifican la estética urbana y la conviertan en un espacio lúdico fuera de lo instituido.
“Que el arte intervenga en la ciudad transformando su estética, conformando un nuevo paisaje urbano, implica que el tráfico, la calle o un paseo ofrezcan a sus habitantes y visitantes, la posibilidad de combinar el deambular con lo artístico”. Damián Cáneva
Sobre el tema, no se puede dejar de mencionar a Banksy, artista londinense que camina anónimamente entere las calles y expone a ojos de peatones mensajes de protesta que dejan ver los tiempos de censura velada e intereses capitalistas que nos acechan. Utiliza las paredes de las calles (y hasta de museos) para, irónicamente, testificar nuestra época.
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