9 de junio de 2010

Carlsberg y Kierkegaard



Día de calor sofocante. Tomaba una Carlsberg. Mi hermano me pregunta: "¿No te parece que sabe a Kierkegaard?"
No podía creer que mi brother supiera que aquella cerveza era del mismo país que aquel existencialista de similar abundante cabellera que llamaba al ser humano a dar un salto de fe. Más me sorprendió que supiera del filósofo. Unos días antes había confesado irse a seis segundas vueltas, una de ellas era Historia de las doctrinas filosóficas y todo apuntaba a un inminente extraordinario.
Casi al finalizar ese mismo día, mi hermano se enteró que Kierkegaard era danés, igual que la
Carlsberg; y yo confirmé que de cervezas y pensadores el pequeño de la familia sabía poco.
Si se hubiese quedado callado yo me habría quedado con la impresión de compartir techo con un verdadero genio de clóset.
Como en casi todo, me equivocaba.

No hay comentarios: