7 de junio de 2009

Elogios criminales, de Julio Villanueva Chang

Seis perfiles periodísticos que Juan Villoro describió como "robos perfectos". Y en cierta medida lo son. Villanueva Chang no es un nombre desconocido en el terreno del periodismo narrativo. En 2002 "El Chino" –como lo apodan– fundó Etiqueta Negra. Estudió pedagogía y fue becario de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, presidido por García Márquez.

Sus retratos tienen un tenue sabor ácido que se disuelve en un refrescante humor inteligente. Como alguien que estudió para la compartir conocimientos, Villanueva Chang explica las zonas grises de sus perfiles con metáforas sencillas e imágenes concretas, muchas veces con apologías a la cultura popular. Los datos duros (lo que habla de arduas investigaciones) se deslizan con naturalidad, casi imperceptibles. A veces, esas cifras (tan escasas en el periodismo latinoamericano, pero tan necesarias en el retrato de los hechos) son dispuestas en modos divertidos y poco convencionales. Nos dice, por ejemplo, que el los desperdicios que se tiran diariamente en un basurero municipal en Cali, equivalen al peso de más de doscientos elefantes apilados entre sí. Sabiendo de la precisión de Villanueva, es seguro que hizo el cálculo exacto.

Los perfiles son a seis figuras altamente conocidas en la esfera pública. Pero llega a ellos por frentes nunca explorados. Retrata al Premio Nobel colombiano, Gabriel García Márquez, a través de su dentista cristiano que guarda religiosamente una de sus muelas.

Incursiona al mundo de un tenor peruano de primer nivel, Juan Diego Flórez, desde la casa en Florida de la madre de la gran voz que nunca aprendió a silbar.

Se aproxima a la mítica figura del mejor exponente de periodismo narrativo de la historia, Ryszard Kapuscinski, desde el lobby de un hotel a minutos de su regreso a Varsovia.

Le roba cinco minutos al polémico director de cine Warner Herzog y eso le basta para construir un perfil de un tipo que amenazó de muerte a su actor favorito.

Y para el final, deja el que a mi gusto fue el mejor perfil: Ferran Adriá. Un extraterrestre cuyos platillos son comparados con platillos espaciales. El mejor chef del mundo, elevado al peldaño de genio-artista, es un catalán que ahuyenta mosquitos en la terraza del mejor restaurante de este planeta, con vista al mar mediterráneo.

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