It’s a strange courage
you give me ancient star:
Shine alone in the sunrise
toward which you lend no part!
– William Carlos Williams
20 de julio de 2010
El hombre
Ladrillos rojos
Mi casa es de ladrillos. Toda de ladrillos. Son cafés y rojos y siempre que pasamos por mi calle mi casa salta a la vista. Una vez traté de contar todos los ladrillos y me di cuenta que tenía mejores cosas que hacer. Sé que tengo 14 escalones de madera, 22 escalones de cemento y cerámica, 219 azulejos en la cocina y 35 cuadros colgados.
"Felicidad", de Raymond Carver

Es tan temprano que casi no hay luz afuera.
Estoy parado junto a la ventana.
Tengo una taza de café en la mano,
y en la cabeza lo que a aquellas horas
se suele confundir con pensamientos.
Entonces veo al chico con su amigo
que vienen por la calle
para entregar el diario.
Tienen puestas gorritas y pulóveres,
y uno transporta una mochila al hombro.
Tan felices están
que ni abren la boca, estos dos chicos.
Creo que, si pudieran,
se tomarían del brazo.
Es muy temprano de mañana, y ellos
están haciendo este trabajo juntos.
Se acercan lentamente.
El cielo ya comienza a iluminarse,
aunque la luna cuelga pálida sobre el agua.
Tanta belleza que, por un minuto,
la ambición o la muerte, o incluso hasta el amor,
nada tienen que ver con todo esto.
Felicidad. Viene sin que la llamen,
y trasciende cualquier disquisición
matutina al respecto.
– Raymond Carver
Las sillas de la abuela
El aire caliente y las marcas en las piernas de las mecedoras de aluminio de la abuela que se oxidan pero siguen siendo blancas. Huele a jacarandas. El perro ladra y la gente pasa junto a la reja y nos mira y sigue su paso.
A una pobre vieja
que está comiendo una ciruela
por la calle, una bolsa
llena en la mano
A ella le parece que están ricas
A ella le parece
que están ricas. A ella
le parece que están ricas
Se nota por la forma
en que se entrega a la ciruela
que sostiene en la mano,
a medio mordisquear
Reconfortada,
pareciera flotar en el aire un consuelo
de ciruelas maduras
A ella le parece que están ricas
– William Carlos Williams
por la calle, una bolsa
llena en la mano
A ella le parece que están ricas
A ella le parece
que están ricas. A ella
le parece que están ricas
Se nota por la forma
en que se entrega a la ciruela
que sostiene en la mano,
a medio mordisquear
Reconfortada,
pareciera flotar en el aire un consuelo
de ciruelas maduras
A ella le parece que están ricas
– William Carlos Williams
17 de julio de 2010
"Provavelmente alegria", de José Saramago
En la isla a veces habitada de lo que somos, hay
noches, mañanas y madrugadas en que no necesitamos
morir.
En ese momento sabemos todo lo que fue y será.
El mundo se nos aparece explicado definitivamente y
entra en nosotros una gran serenidad, y se dicen las
palabras que la significan.
Levantamos un puñado de tierra y la apretamos en las
manos. Con dulzura.
Allí está toda la verdad soportable: el contorno, la
voluntad y los límites.
Podemos en ese momento decir que somos libres, con
la paz y con la sonrisa de quien se reconoce y
viajó alrededor del mundo infatigable, porque mordió el alma
hasta sus huesos.
Liberemos sin apuro la tierra donde ocurren milagros
como el agua, la piedra y la raíz.
Cada uno de nosotros es en este momento la vida.
Que eso nos baste.
noches, mañanas y madrugadas en que no necesitamos
morir.
En ese momento sabemos todo lo que fue y será.
El mundo se nos aparece explicado definitivamente y
entra en nosotros una gran serenidad, y se dicen las
palabras que la significan.
Levantamos un puñado de tierra y la apretamos en las
manos. Con dulzura.
Allí está toda la verdad soportable: el contorno, la
voluntad y los límites.
Podemos en ese momento decir que somos libres, con
la paz y con la sonrisa de quien se reconoce y
viajó alrededor del mundo infatigable, porque mordió el alma
hasta sus huesos.
Liberemos sin apuro la tierra donde ocurren milagros
como el agua, la piedra y la raíz.
Cada uno de nosotros es en este momento la vida.
Que eso nos baste.
Vía Seikilos.
7 de julio de 2010
Un tipo enamorado y feliz

Gran post en Papeles perdidos, blog literario de El País, de Domingo Villar, que después de un día de territorio marcado por líneas de cal y magos con chistera en los tachones, se fue a la cama "enamorado y feliz". Frentazo de un defensa que parece más personaje de circos marchantes de los años veinte que estandarte de furia defensiva. Zarandeó a su hijo que algún día entenderá que vio junto a su padre y abuelo un evento místico, eternamente irrepetible, del juego de balón, gambeta y empeine. El mediocampista catalán Xavi, dijo que este juego fue dedicado a "los amantes del futbol". De acuerdo. Hoy ganó el futbol y Domingo Villar soñó con pases filtrados y redes tan zarandeadas como los hombros de su hijo. Hoy futbol se escribe con acento. Es fútbol.
5 de julio de 2010
Llovió todo el día
Granizó

4 de julio de 2010
Abraham Lincoln, you rock
La chica de los ojos de gato
2 de julio de 2010
Shuffle retro: No reply (The Beatles)
This happened once before,
When I came to your door,
No reply.
They said it wasn't you,
But I saw you peep through your window.
I saw the light, I saw the light.
I know that you saw me,
'Cause I looked up to see your face.
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